Cultura audiovisual y Gran Canaria (2). Videoinstalaciones

Los contenidos y la reflexión de cada Festival de vídeo de Canarias, Canariasmediafest, reflejan su época. En la segunda edición, ya nacional, se exhibieron varias instalaciones. En la tercera edición las categorías eran videocreación, documental, publicitarios e instalaciones. Se conjugaba la sección a concurso con actividades paralelas, mesas redondas, talleres, conciertos… cabe destacar las actuaciones musicales de los grupos Los Dalton, III República y Los Gallos.

Octavio Cardoso narra de esta manera los comienzos del Festival de Vídeo de Canarias: “En Mayo de 1986, se trae a Canarias la primera muestra de Videocreación Española,  Video creación Española de 1985, con obras de Pedro Garhel, Anton Reixa, José Ramón Da Cruz, Xavier F. Villaverde, Antonio Cano, Javier Vadillo, etc… coordinada por Pedro Ángel Ruiz, y con Manuel Palacio como invitado especial, anteriormente se mostraron trabajos de videocreación Internacional, en esos años se inició el despegue de la videocreación en Canarias con trabajos como los de 3TT y Tony Milian. Con el fin de visualizar los trabajos que se realizaban e incentivar la creación en todos los campos en los que se trabajaba (documentales y publicidad), se incorporaron estos campos en el «I Festival de Vídeo de Canarias» presentándose la videoinstalación del artista Leopoldo Emperador, «Hacia el paradigma» 09 05 1988 (producida por el Taller de vídeo del CIC). 

Los años siguientes se continuó con el visionado de producciones de diversas productoras, centros o autores que trabajaban en las islas, con la programación regular de La Mirada electrónica.”

La cuarta edición, en 1993, fue la primera internacional, se incorporaron formatos industriales y profesionales de cinta como el U-matic HB y el BetacamSP. Se celebró durante el mandato del Consejero Gonzalo Angulo (CC) y fue dirigida por Octavio Cardoso. Hay que destacar la convocatoria de directores de festivales que reunió en el CIC a los directores de Videopositive, Taormina Arte, European Media Art Festival o Videobrasil, entre otros. También fue relevante la muestra de cine experimental, cuyo comisario fue otro colaborador habitual el experto en videocreación Eugeni Bonet.

Valentina Valentini, directora de Taormina Arte, decía en el catálogo de esta edición: “El vídeo ha alimentado el proceso de renovación expresiva de la película, ha sostenido su tentativa de desviar el dispositivo narrativo, el diálogo y todas las convenciones de la sintaxis cinematográfica. Sin embargo, esa función no le ha sido reconocida. Por lo cual asistimos a un juego de disfraces: el vídeo explota el aparato distributivo del cine y se disfraza de película y la película explota los dispositivos lingüísticos y constructivos del vídeo, sin embargo, los esconde, sin declarar el préstamo. De hecho, la demanda de una nueva forma de narrar que supere “el gran realismo” de la tradición cinematográfica, mancomuna autores que trabajan ambivalentemente tanto el vídeo como el cine, o sería más apropiado decir que trabajan una lógica audiovisual integrada (Godard, Wenders, Coppola, Greeneway, Jarman…)”  

Siguiendo a Michael Rush, la falta de unidad y el impacto subversivo caracterizan el montaje de la videocreación, arropado por el bagaje teórico del arte moderno, donde la fragmentación es primordial mientras el montaje tradicional conecta con el desarrollo cultural y estético industrial del ámbito del gran público. En el primer caso el montaje tiende a exhibirse en el segundo tiende a hacerse transparente. Curiosamente este tipo de montaje es el que mayor influencia tiene en la cultura visual digital. Se exploran estrategias como: la repetición, fragmentación, duplicación, discontinuidad, desorientación, alteración de la perspectiva tradicional, etcétera.

Esta evolución del Festival recoge otras tendencias del arte contemporáneo que explica muy bien Laura Baigorri, con libros de referencia como El vídeo en las vanguardias históricas y Vídeo: primera etapa. El vídeo en el contexto social y artístico de las 60/70 (Ed. Brumaria):

“…Surge, gracias al abaratamiento de las cámaras de vídeo, una segunda generación de artistas que son, principalmente videoartistas. Se reconoce el espacio fuera del monitor y empieza a reflejar las relaciones con la escultura y otras prácticas artísticas. Así surge la videoinstalación… En los noventa conviven los trabajos de acabado sofisticado con propuestas de bajo presupuesto y asistimos, por un lado a la cinematización del vídeo (cámaras, cinemascope, técnicas y pantallas de cine), como también a una mayor participación del espectador “

(continuará)

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